
Un evangelizador que ejerce la autocrítica en tiempos de la Nueva España, el hijo del héroe mitológico Áyax, un burócrata agrisado que tras años de mediocridad se emociona planeando su muerte, el escritor inglés John Milton –a quien Dios y el Diablo dictan El paraíso perdido, pero el cual se reserva parte de la historia revelada– y un sacerdote incapaz de parar su llanto son algunos personajes de estas páginas.
Quince relatos en los que, de forma más o menos evidente, el tiempo es quieto, inasible, carece de bordes, aunque de golpe puede desdoblarse. Incluso multiplicarse. Esta cualidad brumosa contribuye al asombro existencial de criaturas obsesionadas por descubrir qué significa tomar conciencia de ser.
El cierre de unos ciclos y la apertura de otros –no por fuerza más venturosos, pero sí prometedores, por cuanto están sin estrenar– enmarca la sensibilidad de los personajes concebidos por Sánchez de Tagle. Un libro notable, que siembra desasosiego, y deja agazapado a un lector que en más de un momento se verá confrontado hasta lo profundo de su alma.